La fiesta de Irupana agonizaba. 1979. Era el año en que ni un remedo de comparsa se había asomado por la población. La orquesta se había ido con su música a otra parte. Alguno que otro tímido petardo resonaba a lo lejos. Habría parecido un día cualquiera si no era la misa de las 11. Cinco irupaneños se tomaban unas cervezas en el balcón del Aspiazu, observando la plaza vacía. Había que hacer algo para que el 5 de agosto no sea una fecha más del calendario…
Con vasos de cerveza en mano, Chichi Millán, Nancy Mercado, Ramiro Antezana, Moisés Bustillos y Enrique Reguerín juraron que el año próximo crearían una comparsa para que nunca más la Virgen de las Nieves celebre su cumpleaños agobiada por el silencio. No cumplieron.
En 1980 se volvieron a ver las caras. La festividad de Irupana se iba a pique y ellos se sentían co-responsables: Habían incumplido el compromiso. No existía otra alternativa que ratificarlo y armar la comparsa para el año siguiente. Así nació la Fraternidad Caporales “Virgen de las Nieves”, que puede jactarse de haber mantenido con vida la fiesta patronal durante las últimas tres décadas.
Chichi Millán recuerda que barajaron entre la posibilidad de nombrar un preste o elegir un directorio para que se haga el responsable de la comparsa. Él prefirió la segunda opción, porque considera que de esa manera todos los integrantes del grupo se sienten co-responsables.
Nancy Mercado sugirió que se baile la danza de los Caporales. En esa época se trataba de una danza nueva, hace menos de una década había sido estrenada en la entrada del Gran Poder, en La Paz. Claro, los integrantes del grupo tenían 30 años menos que hoy y la agilidad necesaria para poner en escena la coreografía.
Chichi Millán fue elegido presidente del directorio. Comenzaron los ensayos y las actividades para recaudar los fondos destinados a la contratación de la banda. Los residentes de Irupana en la ciudad de La Paz tenían un nuevo motivo para encontrarse y no perder el cordón umbilical con la tierra que les vio nacer.
El 4 de agosto de 1981 los caporales tomaban las calles de la población. Nadie podía imaginar entonces que entraban para no salir nunca más, por lo menos no durante las próximas tres décadas.
“Algunos dicen que somos una comparsa de elite, nosotros siempre hemos estado abiertos a la participación de todos”, dice Millán, al asegurar que han bailado quienes se les han acercado. Durante varios años, danzó un grupo de siete franceses, que pidieron participar y quedaron encantados con Irupana. “No sé, quizá por ello dicen que somos de elite”.
El problema parece ser el encanto de Irupana. El actual presidente, Ángel León, vino a bailar una vez y desde entonces no dejó de hacerlo, siempre con la Fraternidad. No es irupaneño, pero como si lo fuera. Además de viajar para el 5, durante todo el año dirige las actividades del grupo.
En la actualidad, Mario Rocabado es vicepresidente de la directiva. Él reside en Irupana. La intención del grupo es que la Fraternidad se potencie más en el centro poblado. Para este año, se prepara un pequeño bloque local, organizado por Vladimir Soukup. “Nos gustaría que la mayor parte del grupo sea de quienes viven en Irupana”, afirma.
De mucha importancia es también el aporte de los residentes irupaneños en Estados Unidos. Muchos de ellos han sido parte y hoy hacen llegar su cuota para que continúe con vida. Habitualmente, los integrantes pagan su disfraz, además de un monto destinado a financiar la banda.
Han sido también tres décadas de mucha diversión. Chichi no olvida la ocasión en la que la familia de don Max Arce les invitó a su casa, para compartir con la comparsa. Estaban bailando alrededor de la piscina, cuando a uno se le ocurrió empujar al otro al estanque. No terminó de caer el primero cuando toda la comparsa estaba en el pozo. Salieron con los disfraces remojados y los sombreros desechos. Eran de cartón.
En otra ocasión, un accidente estuvo a punto de impedirle participar de la comparsa. Chichi sufrió la rotura de una de sus extremidades en la segunda quincena de julio, pero igual se fue a Irupana. Claro, no pudo bailar, pero sus amigos lo trasladaban por donde iba el grupo. Hasta que se pasaron de copas. Entonces se olvidaron de él, se fueron bailando.
Para la celebración de sus tres décadas, han invitado a las cientos de personas que han pasado por la comparsa para que se unan y bailen con ellos. Muchos les han respondido que van a hacerlo y otros que ya no pueden bailar. Chichi Millán dice que él va a continuar bailando mientras tenga la posibilidad de caminar. Él y Nancy Mercado cumplen también tres décadas de bailar para la Virgen de las Nieves.
EN LA FOTO 1: Ramiro, Chichi y Moisés, tres de los fundadores.
EN LA FOTO 2: Uno de los tantos grupos que pasó por la Fraternidad
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