miércoles, 14 de noviembre de 2018

El día en que Irupana se estrenó como municipio…

El acta de instalación del municipio de Irupana

El 10 de enero de 1875 fue un día de fiesta en Irupana: 50 años después de la creación de la República, el lugar se estrenaba como municipio, al ser creada la Tercera Sección de la provincia de Yungas, con capital Villa de Lanza.
Fue el presidente Tomás Frías quien promulgó la “Lei” –así está escrito- que dividía en tres secciones administrativas la rica provincia de Yungas, que tenía como capital a Chulumani y como Segunda Sección a Coroico. Ello ocurrió el 25 de noviembre de 1874, en la ciudad de Sucre.
Hasta casi el final de la época colonial, la región yungueña era parte del partido de Sica Sica. Es decir, el corregidor de aquel lugar era quien estaba a cargo de este extenso reparto. Fue cerca de la Guerra de la Independencia que se separó al partido de Yungas, debido a su importancia económica –fundamentalmente por la producción de hoja de coca-, territorio que fue la base de la provincia creada una vez instaurada la república.
Lo evidente es que su territorio era muy extenso, mucho más si se toma en cuenta que entonces la comunicación entre las distintas poblaciones se realizaba a lomo de bestia. 25 años después de la creación de Irupana como Sección Municipal, la provincia se dividía en Sud y Nor Yungas, esta vez por presiones de los poderosos cocaleros de Coripata, a quienes, sin embargo, tampoco les faltaban argumentos administrativos.
Pero volvamos a Irupana: “En la Villa de Lanza Capital de la Tercera Sección Judicial Municipal de la Provincia de Yungas a los diez días del mes de enero de mil ochocientos setenta y cinco años”, comienza el “Acta de Instalación”, la cual es la primera del nuevo municipio.
Según ese documento, fue una “Orden Suprema”, de 4 de diciembre de 1874, la que ordenó “la inauguración del Municipio” para el 10 de enero de 1875. Aquel día, la testera estuvo ocupada por el Corregidor Territorial D. Bartolomé Lizón, en representación del Sub Prefecto de la Provincia, los miembros de la primera Junta Municipal de Irupana: Pablo Rivera, Francisco Mendieta, Cayetano Aspiazu, Simón Belmonte y Camilo Unzaga, el juez de partido Escolástico Bustillos, el Párroco, Dr. José Manuel Aspiazu y el Diputado de la Provincia, Rómulo Román.
Luego de prestar juramento los flamantes munícipes y los alcaldes parroquiales, comenzaron los discursos: “Leyó el primero –el Corregidor- un luminoso discurso el que declaraba instalada la Tercera Sección Municipal de Yungas, que contestada en términos claros y concisos por el Presidente del Municipio; el Juez de Partido a su vez tomando la palabra con ideas brillantes manifestó la importancia y utilidad de la instalación y las ventajas que reportaba el pueblo con la erección de la Tercera Sección Municipal y Judicial, pasados los discursos oficiales se pronunciaron varios otros, notándose en todos ellos la mayor armonía, profusión, placer y gratitud por el inmenso beneficio que se había recibido”.
El acto oficial fue cerrado con la intervención del diputado Román, quien tuvo una “alocución llena de ideas filantrópicas, de progreso, liberalidad y entusiasmo”, según reza el Acta de Instalación del nuevo municipio.
Una vez concluido, todos los presentes se dirigieron al templo de la localidad “a dar gracias al Supremo Legislador del Universo”, donde se celebró una misa. “Oyéndose brotar de los labios del Digno Sacerdote, en la Catedral del Espíritu Santo, las palabras de unción, paz y confraternidad, vertidas en elocuentes y floridas preces; terminando esta augusta ceremonia con el sagrado cántico del “TE DEUM” que inspiraba mucha veneración y adoración al Altísimo”.
De esa manera comenzó la historia del municipio de Irupana, que, de acuerdo a la “Lei de 25 de noviembre”, tiene como capital a Villa de Lanza –nombre con el que fue bautizada el 3 de enero de 1827- y cuya jurisdicción se extiende a los cantones: Laza, Lambate y Taca.

jueves, 13 de septiembre de 2018

Laza, nuestra tatarabuela…

Vista del actual centro poblado de Laza (Foto: Juan Adolfo Apaza)

Laza es la población más antigua de lo que hoy es el municipio de Irupana y una de las más veteranas de la región yungueña. Es más, era hasta bien entrada la etapa colonial lo que entonces se llamaba “doctrina” o lo que hoy se denomina parroquia, dentro de la administración eclesial.
El archivo del Arzobispado de La Paz consigna muchos documentos en los que Laza aparece como cabeza parroquial, al mismo nivel que Chulumani, que es la jurisdicción con la que colinda. Irupana aparece nombrado, pero como parte de ese territorio administrativo de la Iglesia Católica.
Ya en 1943, el irupaneño Leonardo Guzmán, director de la revista “Acción y Progreso”, publicó una versión del religioso franciscano Nicolás Armentia quien, en su calidad de obispo, habría realizado una visita pastoral a la parroquia de Irupana, en 1903, en la que pudo constatar la antigüedad del mencionado poblado.
“Según las investigaciones que he hecho, ella ha sido erigida a mediados del siglo XVII, o sea el año 1646, un 29 de junio, llevando por ello el agregado previo de San Pedro. Su fundación ha obedecido al descubrimiento de ricos yacimientos de oro en ‘El Encanto’”, afirma la mencionada publicación.
De acuerdo a la versión del religioso, además de la riqueza minera, los españoles que se asentaron en el lugar lo hicieron con el objetivo de cultivar productos agrícolas, tarea que fue realizada por los esclavos africanos que llegaron junto a ellos.
Pablo Fernández, un religioso de la orden de los Recoletos, menciona como muestra de la pasada grandeza de Laza su templo y su casa convento, los que fueron destruidos por un incendio, dando lugar a la pequeña capilla que ahora tiene.
¿Dónde estaba edificada semejante infraestructura en la explanada donde está ubicado el centro poblado de Laza? El sacerdote agustino holandés Wigberto van Zuylekom, quien desde los años 40 trabajó en las parroquias de Irupana y Chulumani, afirma que el templo y la respectiva casa se levantaban sobre los terrenos en los que hasta hace años estaba la cancha de fútbol y ahora se yergue la plaza del centro poblado.
“Laza, que era antes la residencia del vicario foráneo, ha degenerado hasta ser un pueblito de unas 30 familias. El templo anterior ha sido desmantelado y un templo nuevo fue construido con una sola habitación para el párroco. La iglesia está en buen estado, muy decente, justamente se estaba arreglando la sacristía. El terreno del templo antiguo ahora es cancha de fútbol”, relata según la versión recogida en el libro “Memorias de los agustinos holandeses en Bolivia 1930 – 1995”.
¿En qué momento San Pedro –que según Armentia era el patrón del lugar- fue reemplazado por el Señor de la Exaltación? Según se sabe, en la época colonial fueron traídos desde España tres imágenes del Cristo crucificado. Una de ellas fue consagrada en el templo de Ocobaya, la otra en el de Laza y la tercera estaría en alguna población del sector de Lambate. Sin embargo, aún resta investigación archivística para establecer las causas que llevaron a mover la fiesta de Laza del 29 de junio al 14 de septiembre.
Pero hay muchas otras preguntas sin respuesta: ¿Cuáles fueron las razones por las que Laza perdió la importancia que tenía en el pasado? ¿Por qué el centro neurálgico del sector fue transferido a Irupana?
Ya en 1781, durante el levantamiento indígena de Tupaj Katari, Irupana era considerado un punto estratégico por su conexión con la provincia Inquisivi, tanto que todos los españoles de la región se concentraron en el lugar y fueron parte de un éxodo hacia Cochabamba. La importancia que algún día tuvo Laza ya era historia…

miércoles, 15 de agosto de 2018

“En La Plazuela tenemos al poderoso Strongest…”

El equipo de La Plazuela de comienzos de los 60. Parados: Pascual Salazar, Antonio Navarro, (NN), Florencio Flores, Amorín Zalles y Camacho. Abajo: Pascual Flores Walter Terán, Fernando Zalles y Julio Pinto
El día en que Walter Terán compró un juego de camisetas atigradas para el equipo de La Plazuela ni se imaginó que estaba pintando los colores de uno de los mejores representativos de fútbol que tuvo el municipio de Irupana.
Él había nacido en la población de Saya, municipio de Cairoma, provincia Loayza, donde el equipo vestía los colores del The Strongest, de La Paz. Luego de prestar su servicio militar, en 1956, se asentó en La Plazuela, donde el fútbol era ya la principal distracción.
“Aquí el color había sido blanco, creo que con bando rojo, mi pueblo, Saya, era estronguista, he ido a La Paz y he comprado las camisetas del Strongest, desde entonces esos han sido los colores de nuestro equipo”, relataba orgulloso don Walther, quien falleció el año pasado.
En esa época, La Plazuela no tenía mucha población. Hasta antes de la Reforma Agraria, firmada en 1953, el lugar era de propiedad de la familia alemana Stephan, que se dedicaba a la producción de caña, la que era destinada a la elaboración de alcohol. Luego vino el fracaso de la producción de paltos para quedarse finalmente con los mangos.
Don Walter recordaba que, al principio, no tenían muchos jugadores, al extremo que necesitaban prestarse futbolistas para completar el equipo: “Jugaba Pascual Flores, Florencio Flores, su hijo de don Desiderio Fernández, Amorín Zalles, mi persona, Claudio Pinto, Bonifacio Saavedra, ocho nomas éramos. Nos ayudaban Pastor Manrriquez, y Camacho, de Pahuata”.
Pero a pesar de su escaso número, el equipo atigrado de La Plazuela ya era un rival de temer en los cotejos amistosos y también en los torneos intercomunales. En el lugar guardan aún el trofeo al primer lugar del Campeonato Campesino, organizado por la Alcaldía de Irupana, en la gestión de Leonardo Carrasco, a comienzos de los 60. Terminaron el torneo de manera invicta, siendo únicamente el equipo de Capani el que pudo arrancarles un empate.
Luego vinieron las nuevas generaciones de jugadores que fueron de los mejores equipos que se recuerden en los torneos anuales que se organizaba en el campo deportivo de Churiaca, en Irupana. ¿Cómo olvidar los partidos frente a la poderosa Chicaloma?  Queda en el recuerdo las innumerables finales que han tenido como protagonista al equipo de la playa del Río La Paz.
Futbolistas de la talla de los Flores, los Castro, los Pinto, los Terán… Verdaderas familias dedicadas a darle buen trato al balón, que han ayudado a conformar equipos competitivos, pese a que La Plazuela continuaba siendo una población relativamente pequeña.
Sin duda, los hijos de Florencio Flores se encuentran entre los más destacados: Jaime defendió los colores del San José, de Oruro, y el Always Ready, de La Paz. Jaurry jugó en Chaco Petrolero para luego defender los colores de varios equipos potosinos que incursionaban en la Liga Profesional. Su etapa más brillante fue cuando jugó en filas de Litoral. Germán llegó a equipos de la Asociación del Fútbol de La Paz. Los nombres de los planteles donde jugo Nicolás, el menor de los Flores, lo dicen todo: Municipal, Litoral, The Strongest, Oriente Petrolero y Ciclón.
La Plazuela se ganó tal respeto en el fútbol yungueño que fue uno de los primeros equipos que, sin ser Capital de Sección Municipal, participó en el torneo interyungueño, siendo uno de sus grandes animadores. Es de esas épocas el doloroso accidente que sufrió la población, cuando se embarrancó el camión que transportaba a jugadores e hinchas al torneo que se jugaba en Coripata, el año 1990.
Este centro poblado del municipio de Irupana es conocido por la calidad de sus mangos, pero hubo una buena época en la que fue igual de reconocido por la calidad del fútbol que se practicaba en su pedregosa cancha.

miércoles, 25 de julio de 2018

Irupana es más vieja de lo que decimos…


Este documento que se encuentra en los archivos del Arzobispado de La Paz es de junio de 1717 y dice claramente: "Pueblo de Irupana"
Cual persona cuarentona, los irupaneños e irupaneñas le hemos rebajado la edad a nuestra población. Decíamos que fue fundada en 1746 y que, por lo tanto, en 2016 cumpliría 270 años de vida. Pero es mucho más vieja: Una rápida búsqueda en el Archivo del Arzobispado de La Paz nos permitió encontrar una mención sobre Irupana en el mes de junio de 1717, casi tres décadas antes del año en que supuestamente fue fundada.
Que sepamos, nadie de las actuales generaciones ha visto el certificado de nacimiento de Irupana. Es más, quien afirmara que es del año 1746, don Leonardo Guzmán -director de la revista Acción y Progreso, que se publicaba en los años 40, del pasado siglo-, tampoco realiza una afirmación taxativa de que este documento exista.
“Hemos llegado a establecer, sino con exactitud, al menos aproximadamente”, explica Guzmán, al asegurar que, junto al obispo e historiador Nicolás Armentia, realizó pacientes investigaciones, el año 1903, en el Archivo Parroquial que “aún debe existir en Irupana”. Ellas le habrían permitido asegurar que un grupo de españoles se asentó en Irupana dos años antes de su fundación, atraídos por su riqueza minera.
Pero la lógica cuestionaba la fecha: ¿Era posible una fundación tan tardía, tomando en cuenta que otras poblaciones como Laza o Chulumani existían muchísimo antes? Las investigaciones sobre el levantamiento de Tupac Katari muestran que Irupana, ya en 1781, era el principal asentamiento español de la región. ¿Pudo acaso constituirse un centro poblado tan importante en apenas algo más de tres décadas?
Las dudas fueron alimentadas por una conversación con el padre Alberto, actual párroco de Irupana, quien aseguraba que vio, en algunos libros sobre la historia de la Iglesia paceña, el nombre de nuestra población mucho antes de la mención al año 1746.
Había que buscar la historia de la parroquia de Irupana y, para hacerlo, era fundamental revisar los archivos del Arzobispado de La Paz. Gracias a la comprometida colaboración de su responsable, el profesor Norman Reyes, fue posible establecer lo siguiente:
  • Laza es mucho más antiguo que Irupana. Es más, era la “doctrina” o lo que hoy conocemos como la parroquia de la zona, se dice que su iglesia, con estilo colonial, sufrió un incendio que la destruyó por completo.
  • Hemos encontrado una referencia sobre Irupana con fecha 20 de junio de 1717. Se trata de una visita del obispo Matheo de Villafane a nuestra población. En nuestro criterio, esto echa por tierra la hipótesis de la fundación en 1746.

Entonces, ¿de dónde sale el año 1746? No creemos que sea un invento gratuito de Leonardo Guzmán o, menos aún, de Nicolás Armentia, cuyos aportes sobre las tierras bajas del país son fundamentales para la historia de Bolivia.
¿Es acaso, 1746, el año en que se traslada la sede de la doctrina o parroquia de Laza a Irupana? ¿O se trata de la gestión en la que los colonizadores españoles reciben la encomienda real correspondiente para explotar la riqueza minera de la zona? Es necesario seguir investigando, pero lo que podemos asegurar por ahora es que Irupana tiene más años de los que le hemos achacado hasta este momento…
Irupana, agosto de 2016