Dicen que, hasta antes de la llamada Guerra Federal (1899),
la silla presidencial era, en realidad, la de la montura de un caballo: El
primer mandatario del país gobernaba Bolivia desde el lugar donde se
encontraba. Es así que el Mariscal Andrés de Santa Cruz y Calahumana ejerció su
mandato desde Irupana, el 9 de mayo de 1830.
El 24 de abril de 1830, el también designado “Mariscal de
Zepita”, salió de la ciudad de La Paz rumbo a Chuquisaca, pero lo hizo a través
de la vía que atravesaba Yungas, Inquisivi y el departamento de Cochabamba.
Según el libro Monografía de Los Yungas, de José Agustín Morales, lo hizo con
el objetivo de cerciorarse personalmente de las muchas necesidades de los
pueblos transandinos.
Es así que, el 9 de mayo de 1830, tras llegar a Irupana,
ordenó a la Prefectura del departamento de La Paz enviar vacuna fresca contra
la viruela, además de un médico practicante para que la suministre a los niños
y jóvenes que eran las principales víctimas de la enfermedad. Así también
instruyó a los curas de la zona que propaguen la noticia de este beneficio
durante sus sermones, con el objetivo de que la gente acuda para recibir la
inmunización.
Santa Cruz y Calahumana debió de cerciorarse del mal estado
de los servicios educativos de la región yungueña, tanto que en el mismo
Irupana dispuso la creación de un impuesto destinado al sostenimiento de
escuelas de la misma Irupana, Chulumani, Coripata, Coroico, Chirca y Pacallo.
Gravó con un tributo de 4 reales sobre cada quintal de harina de trigo, 2
reales al de maíz y 2 reales de cabeza de ganado faenado para el consumo.
Si el tema de los caminos de la región yungueña es un
problema ahora, imagine lo que pasaba hace casi 200 años. El Presidente ordenó
la apertura de un camino entre Unduavi y Coroico, además de la refacción del de
Yanacachi. Encomendó el primero de ellos al ciudadano Bernardo Gonzáles y el
segundo al corregidor Eugenio de Montufar. Para cubrir el costo de ambos
trabajos autorizó que ambos cobren para sí el impuesto de peaje por un tiempo
de dos años.
El Mariscal de Zepita pasó luego a Cochabamba, donde permaneció
un mes antes de llegar a Chuquisaca. A su arribo promulgó, el 6 de julio de
1830, el decreto que marcó el nacimiento de la que sería luego la Sociedad de
Propietarios de Yungas, la organización que manejó los destinos de la región
yungueña hasta 1953, cuando se decreta la Reforma Agraria.
Esta organización reunía a todos los propietarios de las
haciendas de la región yungueña, era el verdadero poder local, tanto en lo
político como en lo económico. La Sociedad administraba la mayor parte del
impuesto que se cobraba a la coca que salía de la zona, el que era destinado
principalmente a la apertura y mantenimiento de los caminos, aunque luego pasó
a la atención de servicios tales como la salud y el agua potable.
La familia del Primer Mandatario era también propietaria de
una hacienda cocalera en lo que hoy se llama Coroico Viejo, en el municipio de
Coroico. Es decir, formaba también parte de la Sociedad de Propietarios de
Yungas.
Unir Perú y Bolivia
Andrés de Santa Cruz y Calahumana fue presidente de Bolivia
entre 1829 y 1839, dos años antes de alcanzar la primera magistratura del país,
fue también presidente de la Junta de Gobierno del Perú. Su proyecto político
más importante fue la consolidación de la Confederación Perú-Boliviana, con la
que intentó unir a los dos países, como en las épocas en que ambos territorios
eran parte del Virreinato de Lima, durante la colonización española.
Nacido en la ciudad de La Paz, el 5 de diciembre de 1792,
hijo del criollo peruano José de Santa Cruz y Villavicencio y de Juana Basilia
Calahumana, de una rica familia mestiza, descendiente de los incas, que tenían
para sí el cacicazgo de Huarina, a orillas del Lago Titicaca.
Una de las apuestas de su gobierno fue el de la educación,
además del establecimiento de escuelas, fundó la universidades Mayor de San
Andrés, de la ciudad de La Paz, y la San Simón, de Cochabamba.
Viajó por todos los rincones del país, con el objetivo de
enterarse personalmente de las necesidades regionales y locales, pese a las
dificultades que –mucho más entonces- tenía Bolivia para unir sus distintas
latitudes. Es así que estuvo en lugares tan distintos como el puerto de Cobija,
en el Océano Pacífico, o la frontera con Argentina. Podemos imaginarlo con su
caballo por los difíciles caminos de herradura de la región yungueña, al mando
de toda su comitiva…
Me alegra poder leer sobre la historia de la tierra de mi amada abuela Zulema Camacho. Pienso ir a pasar unos días quizás en septiembre u octubre y me gustaría poder investigar un poco sobre el pasado familiar. Intentaré conectarlo para que me guíe. Gracias por sus artículos. Ivonne Hollidge Camacho.
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