lunes, 2 de septiembre de 2013

El primer alcalde indígena del municipio de Irupana

Irupana le madrugó a la historia. Eligió a su primer alcalde indígena a comienzos de los años 80, cuando esta autoridad era designada por memorándum firmado por el Ministro del Interior y cuando, hasta entonces, la alcaldía era un espacio exclusivo de los vecinos del centro poblado.
Petersen Masmith Limachi es su nombre: “Con ese nombre mi papá me ha criado y eso es todo”, comentó cuando le preguntamos sobre el origen de su particular identificación. Él nació en Caquiaviri, en la provincia Pacajes, pero llegó muy joven a Irupana, como profesor rural de la escuela de Yuni Grande.
En busca de mejores perspectivas económicas, incursionó en la agricultura argentina. Ahí vio que era posible cultivar otros alimentos y que se lo podía hacer de forma más intensiva, para mejorar los siempre magros ingresos de los pequeños agricultores.
Es así que, con algo de plata ahorrada, retornó a Irupana. Se asentó en La Plazuela y luego en Tablería Alta, donde comenzó a producir tomates. Sin proponérselo, apareció de dirigente de su sindicato, luego de su subcentral, su central… No paró hasta llegar al Comité Ejecutivo de la entonces Federación Especial Única de Campesinos de Irupana.
El año 1982, el país había vuelto a la senda democrática. Las dictaduras militares eran ya sólo un mal recuerdo y los campesinos de Irupana estaban dispuestos a ocupar todos los espacios que les ofrecía el nuevo sistema.
Hasta entonces, era necesario tener buena muñeca en el partido de turno para lograr el memorándum de designación de alcalde que salía del Ministerio de Gobierno. El alcalde era designado desde la ciudad de La Paz. Pero a pesar de la normativa vigente, el Congreso Campesino de 1983 se propuso elegir un nuevo alcalde. Así lo hizo. Designó por amplia mayoría a Petersen Masmith, quien había ocupado la Secretaría de Actas de la organización.
Durante cuatro meses tuvo que peregrinar por las oficinas del Ministerio para conseguir el memorándum correspondiente. Pese a su discurso popular y de izquierda, los burócratas de la Unidad Democrática y Popular se negaban a reconocer el nombramiento que había realizado la organización campesina.
La gestión no fue nada sencilla, pues, entonces, no existía la Ley de Participación Popular y las alcaldías vivían de sus escasos recursos propios, además de lo que podían conseguir en La Paz gracias a la muñeca partidaria.
Sin embargo, en su paso por la administración local, Petersen Masmith Limachi se distinguió por la transparencia con la que manejó los escasos recursos que la Alcaldía tenía y lo poco que pudo conseguir de las gestiones realizadas en La Paz.
Quedó tan marcada su honestidad y capacidad administrativa, que cuando se creó la Corporación Agropecuaria Campesina Regional Irupana (CORACA-RI) fue designado Gerente Financiero. No tardó mucho en ser designado Gerente General de la organización económica campesina, pues, estaba clara su capacidad para manejar una entidad de este tipo.
Esa pequeña organización que había nacido sin un centavo fue creciendo de a poco, gracias a la entrega de dirigentes que, de forma desinteresada, se dedicaron a tiempo completo a fortalecer la línea de comercialización de café en los mercados europeos.
“Cuando salí en 2000 ya era otra organización, teníamos dos camiones, una planta instalada con oficinas, galpón, pre-beneficiadoras, fondo y proyectos aprobados como Gasolcamp, tenía capital, líneas de exportación para cinco a siete lotes, teníamos un buen mercado en Europa”, resalta.
Petersen Masmith es de formación religiosa adventista del séptimo día. A diferencia de muchos de sus hermanos que prefieren no involucrarse en cuestiones políticas, él lo hizo con decisión y está seguro que ese es el camino: “Una persona no está para alejarse de su vida natural, debe participar, debe ser útil para el país, útil también en la eternidad, así nos forman, útiles en el mundo y también para la eternidad”.

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