miércoles, 6 de abril de 2011

El loco Aspiazu



"No hay gran genio sin tacha de locura", reza la frase que muestra la forma en la que sus contemporáneos consideraron el avanzado pensamiento del irupaneño Agustín Aspiazu.

"Se adelantó a su época y por sus ideas muy avanzadas a veces lo tildaron de loco", dice la historia escrita por su descendiente Hugo Agustín Aspiazu Navarro, en 1947.

El sabio irupaneño se adelantó a su época al calcular la comprobada aparición del cometa Halley en 1910 y su reaparición en 1986. Además de un eclipse de sol para el amanecer del 3 de noviembre de 1994.

Imaginemos a Agustín Aspiazu y "sus cometas" en la Bolivia de los 1800 y recordemos a Galileo Galileí, que decía que la tierra era redonda en los 1600.

"Sus contemporáneos lo llamaron un excéntrico y los hombres de las instituciones de ciencia, un sabio", publica la redacción de la revista "Acción y Progreso", en 1956[1], para reflejar a este hombre conocido por sus "locuras" no sólo en nuestro país sino en todo el continente americano. ¿Loco? Loco sí. ¿Cuál es la nueva y gran verdad del mundo que no tiene como antecedente a una locura?

El último amanecer que vieron sus ojos fue el del 18 de Marzo de 1897. Las personas que le rodeaban pedían que se confesara para cumplir con las exigencias de la Iglesia. Fue entonces que Aspiazu, dirigiéndose al Padre Barreto y levantándose de su viejo catre de moribundo, señaló la puerta con su mano temblorosa y descarnada, y dijo: ¡Sale usted o salgo yo! Esa fue la última locura de su bella y alocada vida.

Irupana, agosto de 1990


[1] Revista Acción y Progreso Nos. 7 y 8., de la Biblioteca de Dn. Julio Rocabado (Q.E. P.D.)

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