Pese a que desde joven reside en la ciudad de La Paz, Pabón
jamás se alejó de la tierra que le vio nacer. Siempre estuvo vinculado a
la Fraternidad de Residentes de Irupana, luego a la Liga Interyungueña de
Fútbol y, finalmente, al Comité Cívico Interyungueño.
Luego de terminar la Primaria en Irupana salió a la Sede de
Gobierno para concluir la Secundaria. Gracias a su habilidad para el fútbol,
trabajó dos años en el centro minero de La Chojlla, lugar al que representó en
el Campeonato Nacional Minero. Pero su buen trato con la pelota prometía más:
Jugó en el Northem, el Ingavi y el Ferroviario. Sin embargo, eran épocas en que
no se podía vivir de la práctica de este deporte. Encontró empleo en la Fábrica
Nacional de Vidrio Plano, con cuyo equipo disputó el Campeonato Fabril de La
Paz.
Durante más de 14 años fue Jefe de Personal y Ceremonial del
Palacio de Gobierno, para luego pasar a la Jefatura de Recursos Humanos y
Relaciones Públicas de la Gundlach, la principal representante en Bolivia de
varias marcas estadounidenses de vehículos.
En 1968, un grupo de residentes de poblaciones yungueñas se
reunió en La Paz, con el objetivo de crear la Liga Interyungueña de Fútbol. Es
así que se organizaron los torneos de este deporte, de los que Irupana fue
campeón durante tres años consecutivos. La región ya era el principal semillero
del fútbol paceño y el torneo había ayudado a que muchos futbolistas de la
región se integren a equipos de la Asociación de Fútbol de La Paz.
Como fruto de esa organización, en 1992 surge el Comité
Cívico Interyungueño, del que Pabón es elegido su primer presidente. La
experiencia de organizaciones similares de Santa Cruz, Beni y Tarija alentaba a
los residentes yungueños a tratar de aprovechar la fuerza del movimiento para
lograr atención a la región.
El principal desafío del naciente Comité no sería otro que
el asfaltado de la carretera, una verdadera utopía para la época, en la que el
único que creía firmemente era precisamente Edgar Pabón. El gobierno de Jaime
Paz Zamora declaró la obra de Prioridad Nacional, pero jamás obedeció la nueva
norma. Sin embargo, la ley era el paraguas que necesitaban los dirigentes
yungueños para exigir la construcción de la nueva vía.
En medio, el yerno de Hugo Banzer, Alberto “Chito” Valle,
hasta se dio el gusto de entregar –como regalo en la fiesta de Chulumani- el
supuesto estudio concluido. Luego de recibir los aplausos y el agradecimiento,
se descubrió que no era más que papeles que nada tenían que ver con la obra.
Una vez elaborado el estudio había que tramitar la ficha
ambiental, la cual también fue seguida de cerca por el cívico yungueño. Y
finalmente, había que buscar financiamiento, mandaron cartas hasta a la propia
Corporación Andina de Fomento (CAF) para que financie la obra.
Grande fue la sorpresa de Pabón cuando el presidente Evo
Morales anunció que la vía Unduavi – Chulumani sería ejecutada con recursos del
Estado. De inmediato, redactó una carta para agradecerle por la determinación.
Sin embargo, él está preocupado por la forma en que se
decidió encarar el financiamiento de la obra. Se aprobó un presupuesto inicial
de nueve millones de dólares, el cual no alcanzaría siquiera para 10 kilómetros
de asfaltado, tomando en cuenta que el costo por kilómetro pavimentado supera
el millón de dólares.
De cualquiera manera, se niega a perder la fe. A sus 78
años, él está seguro que la vida le dará la posibilidad de viajar a Chulumani
por una vía completamente asfaltada para llegar en menos tiempo a su amada
Irupana.
Irupana, agosto de 2013
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