Él había nacido en la población de Saya, municipio de
Cairoma, provincia Loayza, donde el equipo vestía los colores del The
Strongest, de La Paz. Luego de prestar su servicio militar, en 1956, se asentó
en La Plazuela, donde el fútbol era ya la principal distracción.
“Aquí el color había sido blanco, creo que con bando rojo,
mi pueblo, Saya, era estronguista, he ido a La Paz y he comprado las camisetas
del Strongest, desde entonces esos han sido los colores de nuestro equipo”,
relataba orgulloso don Walther, quien falleció el año pasado.
En esa época, La Plazuela no tenía mucha población. Hasta
antes de la Reforma Agraria, firmada en 1953, el lugar era de propiedad de la
familia alemana Stephan, que se dedicaba a la producción de caña, la que era
destinada a la elaboración de alcohol. Luego vino el fracaso de la producción
de paltos para quedarse finalmente con los mangos.
Don Walter recordaba que, al principio, no tenían muchos
jugadores, al extremo que necesitaban prestarse futbolistas para completar el
equipo: “Jugaba Pascual Flores, Florencio Flores, su hijo de don Desiderio
Fernández, Amorín Zalles, mi persona, Claudio Pinto, Bonifacio Saavedra, ocho
nomas éramos. Nos ayudaban Pastor Manrriquez, y Camacho, de Pahuata”.
Pero a pesar de su escaso número, el equipo atigrado de La
Plazuela ya era un rival de temer en los cotejos amistosos y también en los
torneos intercomunales. En el lugar guardan aún el trofeo al primer lugar del
Campeonato Campesino, organizado por la Alcaldía de Irupana, en la gestión de
Leonardo Carrasco, a comienzos de los 60. Terminaron el torneo de manera
invicta, siendo únicamente el equipo de Capani el que pudo arrancarles un
empate.
Luego vinieron las nuevas generaciones de jugadores que
fueron de los mejores equipos que se recuerden en los torneos anuales que se
organizaba en el campo deportivo de Churiaca, en Irupana. ¿Cómo olvidar los
partidos frente a la poderosa Chicaloma?
Queda en el recuerdo las innumerables finales que han tenido como
protagonista al equipo de la playa del Río La Paz.
Futbolistas de la talla de los Flores, los Castro, los
Pinto, los Terán… Verdaderas familias dedicadas a darle buen trato al balón,
que han ayudado a conformar equipos competitivos, pese a que La Plazuela
continuaba siendo una población relativamente pequeña.
Sin duda, los hijos de Florencio Flores se encuentran entre
los más destacados: Jaime defendió los colores del San José, de Oruro, y el
Always Ready, de La Paz. Jaurry jugó en Chaco Petrolero para luego defender los
colores de varios equipos potosinos que incursionaban en la Liga Profesional. Su
etapa más brillante fue cuando jugó en filas de Litoral. Germán llegó a equipos
de la Asociación del Fútbol de La Paz. Los nombres de los planteles donde jugo
Nicolás, el menor de los Flores, lo dicen todo: Municipal, Litoral, The
Strongest, Oriente Petrolero y Ciclón.
La Plazuela se ganó tal respeto en el fútbol yungueño que
fue uno de los primeros equipos que, sin ser Capital de Sección Municipal,
participó en el torneo interyungueño, siendo uno de sus grandes animadores. Es
de esas épocas el doloroso accidente que sufrió la población, cuando se
embarrancó el camión que transportaba a jugadores e hinchas al torneo que se
jugaba en Coripata, el año 1990.
Este centro poblado del municipio de Irupana es conocido por
la calidad de sus mangos, pero hubo una buena época en la que fue igual de
reconocido por la calidad del fútbol que se practicaba en su pedregosa cancha.
Recuerdo la Plazuela y lo paseos con mí amada abuela Zulema Camacho por la zona. No se pero tenía la sensacion de que ese era el final de todo camino. Ese follaje tan tupido y el momento mágico en que aparecía alguna de esas mariposas azul brillante, como espejado, de un tamaño extraordinario. Me pregunto si en la actualidad se podrá aún disfrutar de tan extraordinaria maravilla de la naturaleza.
ResponderEliminarMe pregunto si Camacho de Pahuata tendrá algún parentesco con mí abuela Zulema o su hermano Humberto...
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